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Wadi Rum, el desierto de Jordania

Abandonamos, muy a mi pesar, la carretera del “Camino de los Reyes”, de camino a Wadi Rum, el desierto de Jordania, para incorporarnos a la carretera 15, la Dessert Highway, todavía no muy utilizada por los autobuses turísticos y que actualmente está en obras en muchos de sus tramos por el desdoblamiento de las calzadas para transformarla en autovía. La conducción sigue siendo divertida, pero ya no es lo mismo.

Es miércoles, 5 de abril, y el plan de hoy se concentra en vivir plenamente el desierto de Wadi Rum. Llegamos al atardecer y tenemos la osadía de intentar llegar al campamento con nuestro Hyundai, que se está portando tan bien que le exijo convertirse en todo terreno. No nos quedamos atascados por pura chiripa y, finalmente, recalamos con nuestros mapas Google sin conexión en el campamento que no era, pero estaba al lado, eso sí, nos dejaron utilizar sus teléfonos y vinieron a recogernos enseguida.

Trenes fantasmas en el desierto

Antes de llegar a la zona de acampadas nos detuvimos para disfrutar del viejo ferrocarril que cruzaba el desierto y que hoy está en desuso.

vias de tren en el desierto

tren antiguo en el desierto de Jordania

Wadi-Rum es otro mundo. 

Solventado el hecho de perdernos, aunque no mucho, porque nuestro campamento estaba a doscientos metros (eso sí, el tramo es obligatoriamente en todo terreno), vinieron a buscarnos y llegamos a Wadi Rum Village. Uno más de las decenas de campamentos muy bien preparados orientados para el turismo. El nuestro tenía la peculiaridad de lo genuino, o sea, las típicas tiendas de campaña beduinas, de tela. Nos recibieron en español, los encargados eran dos mexicanos que llevaban allí unos cuantos meses, por lo que la recepción se tradujo en una conversación sobre el desierto, México, España, Europa y las peripecias vitales de los allí presentes.

No se había efectuado nuestra reserva, no había sitio, así pues, con total rapidez y eficiencia nos ofrecieron pasar la noche gratis en la enorme tienda de reuniones que no se utilizaba y, claro está, dijimos que sí. A cambio nos apuntamos a la cena, típica jordana, que iban a preparar en el exterior que, por cierto, estuvo mejor bien, extraordinaria.

desierto Wadi Rum Jordania

Nuestra inesperada habitación en la que encendimos fuego y nos lo pasamos en grande.

tienda en el desierto Wadi Rum

Pasar la noche aquí tiene su encanto, os lo aseguro. Compartimos la cena con el resto de turistas y cuando comenzó a refrescar decidimos cobijarnos en la sala de reuniones que nos había tocado en suerte, porque lo fue.

Excursión al amanecer frustrada

Nos esperaba la madrugada del jueves 4 para hacer un circuito en todo terreno por Wadi Rum, nos quedamos dormidos. Salíamos a las 7:30 y nos despertamos pasadas las ocho de la mañana. Todavía quedaba otro por salir, y salió, justo cuando aparecíamos nosotros por el horizonte. O sea, que nos quedamos en tierra. Nuestro magnífico gerente mexicano nos ofreció, con bastante descuento, un recorrido específico, es decir, rápido (solo nosotros dos y el conductor), que aceptamos inmediatamente. Vimos todo lo que hay que ver, subimos dunas a pie que nos dejaron molidos y disfrutamos del largo y ancho desierto en «modo privado», nuestro conductor era un tipo bajito que demostró saber lo que era conducir por el desierto llevándonos por algunos tramos no trillados por el resto de las caravanas de turistas, que es lo que parecían, caravanas.

 

Dunas Wadi Rum Jordania

montaña Wadi Rum Jordania

En definitiva, hay muchos lugares interesantes que ver en Wadi-Rum, la duna de arena roja que “escalamos”, los petroglifos del cañón Khazali (segunda foto), las inscripciones nabateas, los arcos y formaciones rocosas en los que la erosión crea de formas y figuras, puentes naturales y cañones, como el de Abu Khashaba.

Y desde aquí nos llevaron al campamento de al lado, donde habíamos dejado nuestro coche y, esta vez sí, a plena luz del día, salir de allí fue sencillo. No dimos cuenta de la buena situación de nuestro campamento cuando comprobamos que, a medida que nos acercábamos a la carretera, el número de campamentos iba en aumento hasta el punto de confundirse unos con otros, algunos con formas modernas o atrevidas, tipo cápsulas y demás. Por tanto, se nos dio bien todo lo relacionado con Wadi Rum y las incidencias y contratiempos se solucionaron la mar de bien.

Nos dirigimos ahora hacia Petra, la ciudad de piedra

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