Decidimos que en el comienzo de nuestro viaje a New York para un día en Toronto.
Toronto no es Nueva York, ni siquiera está en Estados Unidos (eso lo sabíamos, de verdad); pero es una manera de ir a NY como otra cualquiera.
Esto es como consecuencia de que algunas veces el precio del billete de avión se reduce tanto que tu opinión sobre disfrutar de escalas de 20 horas en cualquier parte del mundo, cambia. Sé de gente que va en vuelos directos Madrid-New York; un dato infalible para distinguir enseguida a la gente responsable y de poco fiar.
Donde estén las escalas que se quite todo, incluso puedes elegir dónde pasarlo mal; por ejemplo; podríamos optar por ir a New York todavía más barato, vía México, pero el seguro de viaje se dispara, nunca mejor dicho.
Total que, escala de veinte horas, un día en Toronto; lo cual os parecerá poco para visitar esta gran ciudad de Canadá; pero no, puesto que lo que se dice en diez horas (en plan tranquilo) te has visto ToToronto, o sea, Torontoentero.
Control de frontera
Llegas a Toronto y como tu idea es salir del aeropuerto, se comprende que has cumplimentado una ESTA en la web oficial del Gobierno de Canadá para solicitar la autorización electrónica de entrada al país. Fácil y rápido de hacer, con el añadido de que facilita enormemente el paso de control fronterizo.
Una vez en el aeropuerto accedes a un tren tipo cercanías, que te lleva directo a Union Station… ya estás en el centro de la ciudad. Aconsejable el billete de ida y vuelta porque sale muy bien de precio (tienes 7 u 8 horas para el regreso: no te asustes, te sobrará una por lo menos).
Lo suyo es acercarte a ver la CN TOWER (como el Pirulí de Madrid pero en plan «te gano por mucho»).
Estación Central de Toronto y Torre CN.
Después de curiosear un poco, lo inteligente es tomar el ferry que nos llevará a Island Park, un conjunto de islas en el lago Ontario frente a la parte continental de Toronto desde donde salen los transbordadores. Cuesta poco más de 5 dólares canadienses y merece la pena porque la vista panorámica del horizonte de Toronto es magnífica; además de ser un estupendo parque, ofrece también todo tipo de entretenimientos; y lo más importante, hay bares y restaurantes.
En el ferry
Navegando, que es mucho decir.
El trayecto es corto, no lleva más de 15 minutos, y los transbordadores hacen ida y vuelta de manera frecuente (más o menos cada media hora), aún así, según qué época del año debe de ser habitual observar a bastantes personas esperando para el regreso. Se admiten bicicletas y animales de compañía; todos, creo.
Buena idea darse un buen paseo y recorrer los diferentes espacios puesto que, aunque tiene aspecto de pequeño parque de atracciones, es más un lugar de recreo y esparcimiento.
Toronto Skyline
Tras una gran botella de cerveza fría en una de las terrazas de las islas regresamos hacia la zona continental y aprovechamos para tomar alguna fotografía más:
Qué bien me lo estoy pasando.
En analógico.
Para que os hagáis una idea Toronto tiene tres zonas, por dividirlo de alguna manera: El DownTown (donde está la torre CN y la estación central de trenes) el OldTown (el casco histórico, dentro del anterior y casi al lado de la misma estación) y finalmente el Island Park que hemos visitado.
Casco antiguo (ya ves!)
Toronto, 17 de agosto, sábado, no me preguntes a qué hora porque hace un rato que hemos aterrizado y no estoy muy centrado; pero sí que me había fijado desde el principio en que el cielo estaba nublado y tenía pinta de perfeccionarse.Si bien, como dos valientes, ignoramos el asunto de las nubes negras y nos hacemos una ruta rápida sobre el mapa, con la idea de recorrer la parte supuestamente «antigua» de la ciudad; allí antiguo es hablar del siglo XX, y no muy atrás.
…Comienza a llover así como quien no quiere la cosa y se transforma rápidamente en un jarrear agua a malas; nosotros, previsores y preparados, nos metemos bajo los toldos de todas las tiendas que encontramos de camino hasta llegar a un «Galerías Preciados» que nos resultó francamente acogedor.
Torrente en Toronto.
En un día en Toronto, nos dio tiempo hasta para sufrir un mini diluvio. La temperatura, todo hay que decirlo, magnífica; con lo cual, el calor húmedo te inspira objetos de deseo (una ducha en este caso); lo cierto es que el dicho de que hay gente para todo, es verídico. Unos lo llevan fenomenal o así, y a otros hasta les quedan ganas para casarse en plan «estesmiestilo con la que está cayendo»:
Waiting for o así…
Waiting for también.
Te recomiendo mi novela «A hostias con la Vida» un relato conmovedor de amor incondicional, dolor inenarrable, y una búsqueda incansable por la identidad. Ambientada en el Madrid de la movida de los años 80, nos cuenta las vidas entrelazadas de Antonio Leal, un locutor de radio cuya voz encantadora oculta sus luchas internas, Román, un agente secreto cuya aparición en la vida de Antonio desencadena una serie de eventos que transformarán su existencia para siempre, y Kika, una mujer excepcionalmente libre en cuya existencia solo existe un apego indestructible, su hermano Tony.

Qué bonito tener en el pasaporte el sello de entrada y salida de Toronto, Canadá.
Son unas horas inolvidables haciendo escala para Nueva York.
Bonito cuaderno de viaje.
Muchas gracias Ana, la verdad es que el viaje fue insuperable 🙂