Teníamos poco tiempo … ¿Qué ver en Tel Aviv en 24 horas? A las dos de la tarde del viernes ya estábamos en Tel-Aviv. Esto os da una idea de lo que supone llegar desde la frontera con Jordania donde entregamos el coche a las once de la mañana. Un visto y no visto, todo nos ha salido redondo, ciertamente. El hecho de no poder echar un último vistazo a Jerusalén (por el bloqueo de seguridad) no nos ha dejado mal sabor de boca.
Tel-Aviv-Yafo merece mucho la pena, muchísimo. Es una ciudad donde todo nos es reconocible, a excepción de la presencia militar y policial a la que a estas alturas ya nos hemos acostumbrado. Buscamos el hotel y nos sentimos en otro mundo porque resultó ser uno de los alojamientos más bonitos que hayamos podido disfrutar Old Jaffa Hostel.
Disponíamos de toda la tarde y noche para seguir pateando por la ciudad.
La mezcla de gentes, culturas, arquitecturas, barrios diferenciados, la playa, el casco histórico (donde nos alojamos en uno de los hoteles que más nos han gustado), modernidad y nivel de vida alto por los cuatro costados. Y caro, bastante caro todo.
Visitar y hospedarse en el barrio antiguo de Jaffa, núcleo histórico de la ciudad, y visitar su puerto es de lo más interesante de Tel-Aviv. Reúne todo lo que se espera de la modernidad y del ambiente liberal de cualquier ciudad de corte occidental, calles abarrotadas, terrazas y restaurantes-pubs por doquier, música, gente alegre, cosmopolita. La presencia de palestinos es en estos sitios prácticamente inexistente, más allá de los trabajos del sector de servicios como ya comentamos.
Nos empleamos a fondo en conocer Jaffa y otros barrios de Tel-Aviv.
Desde el puerto histórico de Jaffa, paseando, llegamos hasta el paseo marítimo moderno, amplísimo, con mucha vida. Los hoteles son numerosísimos y los restaurantes también. Las playas aquí son amplias y arenosas, con un mediterráneo amable. Entablamos conversación con unas chicas israelís en la playa y pasamos unos momentos realmente agradables, una de ellas hablaba español porque había vivido en Andalucía adonde llegó para aprender flamenco. Ambas, de religión judía y creyentes, podrían ser el prototipo de jóvenes israelís de capital mucho más abiertos y, desde luego, menos inclinados a las prohibiciones, liturgias y ritos de su religión.
Arquitectura contemporánea de Tel-Aviv
Os recomendamos tambien los barrios donde se concentra la arquitectura de diseño. Entre otros, pudimos visitar la exposición en The Rothschild, cuyo edificio por sí mismo es precioso.
Recorremos toda la avenida Rothschild observando edificios muy interesantes, muchos en rehabilitación y otros en su estado original (subimos a alguno de ellos y nos recordó un poco a los de Berlín Este).
Seguimos paseando por el distrito de Neve Tzedek, sigue siendo el barrio de Tel-Aviv-Yafo hasta alcanzar el paseo marítimo ya al atardecer.
Alquiler de coche en Tel Aviv en Sabbat
Cae la noche en Tel-Aviv, el sábado día 8 de abril, por la mañana nos disponemos para ir hasta el aeropuerto y allí alquilar un coche con el que recorrer la costa de Israel desde Tel-Aviv hasta Acre (Akko). Los precios de alquiler de coches son desorbitados, el más barato que encontramos para apenas dos días, 925 shekels israelís (230 €), en fin, ya encontraremos la manera de amortizar semejante robo. Si tenéis pensado alquilar coche en Tel-Aviv hacedlo desde España y con bastante antelación, os vais a ahorrar dinero.
Contamos con que no vamos a disponer de transporte público (es Sabbat) para ir al aeropuerto de Ben Gurion, por lo que tendremos que utilizar taxi. En el hotel nos comentan que ellos ofrecen el servicio por 170 shekels (43€), pero que es mejor salir a la calle y buscar uno por nuestra cuenta porque saldrá más barato. Grosso error por nuestra parte.
El taxista que hemos parado en la calle nos pide 185 shekels, pero finalmente nos cobrará lo mismo que ofrecía el servicio del hotel. El taxista es palestino y nos cuenta sus sentimientos de ser extranjero en su propia tierra, lo hace de manera tranquila y desplegando con sosiego un sentido común que logra que simpaticemos con él.
Nos tratan como futuros delincuentes
De hecho, tras una semana viajando por Jordania y algunos días en Jerusalén y Tel-Aviv, nuestro ánimo se inclina más hacia los palestinos, pero es una inclinación ajena al conflicto entre los estados de Israel y Palestina, se trata, por el contrario, de un aspecto que tiene más que ver con lo que hemos observado, una segregación socioeconómica y cultural muy notorias, demasiado.
Ya en el aeropuerto echamos mucho de menos cómo se negocia el alquiler de un coche en la frontera de Jordania. Aquí hacen que nos sintamos casi delincuentes a quienes se les ponen mil trabajas para recoger el coche reservado con una de las compañías de alquiler más reconocidas internacionalmente, hablo de Sixt, pero podría referirme a cualquier otra de las conocidas. Pudiera parecer que hemos elegido el coche más exclusivo y caro del mundo y por eso tantas prevenciones, medidas de control de documentación y peticiones de fianzas tan descerebradas, pero no, hemos alquilado lo menos que había en coche. Un mierdecilla de coche, vaya.
Tardamos más en que nos entregaran el coche que en cruzar el paso fronterizo supuestamente conflictivo que hemos atravesado dos veces, ida y vuelta, en menos tiempo que lo que empleamos en que nos entreguen de una puñetera vez el cochecito.
Es sábado, es Sabbat, no nos vamos a cabrear. Ya tenemos el coche y ahora lo que toca es seguir pasándolo tan bien como hasta ahora.
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