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La séptima cruzada templaria (1248-1254)

Mapa Septima cruzada templaria

La Séptima Cruzada Templaria, llevada a cabo entre 1248 y 1254, fue un episodio crucial en la historia de las Cruzadas y una manifestación del persistente deseo de los cristianos de recuperar Jerusalén y otros territorios sagrados en Tierra Santa. 

La caída de Jerusalén en manos musulmanas en 1244 supuso un duro golpe para los cristianos, quienes veían la necesidad de recuperar la ciudad santa y otros lugares sagrados que habían perdido. La reciente toma de Jerusalén sirvió como catalizador para la convocatoria de esta cruzada. Los llamamientos de ayuda del Patriarca de Jerusalén y otros líderes cristianos en la región resonaron en Europa, generando una respuesta masiva. La idea de ayudar a sus hermanos en la fe y recuperar lugares sagrados movilizó a numerosos cristianos a unirse a la cruzada.

Llamada Papal

Papa Inocencio IV Inocencio IV emitió una serie de bulas y proclamaciones exhortando a los reyes, nobles y caballeros de Europa a unirse en una nueva cruzada para recuperar Jerusalén. Su llamado enfatizaba la importancia de este objetivo, resaltando la necesidad de defender los lugares sagrados y restaurar el control cristiano en la región.

El Papa buscó motivar a los fieles, ofreciendo indulgencias y beneficios espirituales a aquellos que participaran en la cruzada. Además, apeló a la conciencia religiosa y al fervor cristiano, instando a los individuos a defender la fe y ayudar a sus hermanos en Tierra Santa.

La convocatoria y el liderazgo de Luis IX de Francia fueron factores significativos. Conocido por su piedad y compromiso religioso, Luis IX se convirtió en el líder de la Séptima Cruzada y desempeñó un papel crucial en su convocatoria y organización. El llamado del Papa Inocencio IV no solo movilizó a reyes y líderes, sino también a una multitud de personas comunes que se sintieron inspiradas por el mensaje y la causa.

Líderes cristianos

Rey Luis IX de Francia Rey Luis IX de Francia

Conocido por su fervor religioso y devoción, Luis IX fue el líder principal de la Séptima Cruzada. Como rey de Francia, encabezó la empresa con el firme propósito de recuperar Jerusalén.

Luis IX fue conocido por su profunda fe y su devoción al cristianismo. Su participación en la Séptima Cruzada se fundamentó en su convicción religiosa y en el deseo de recuperar Jerusalén, ciudad sagrada para los cristianos. Como monarca, su liderazgo y compromiso con la fe ejercieron una influencia poderosa sobre sus seguidores y la sociedad de la época.

Su plan  era conquistar Egipto o al menos el delta del Nilo, bien para asentarse en él o como moneda de cambio para recuperar Jerusalén y los territorios palestinos perdidos por las últimas derrotas.

Los preparativos de Luis fueron largos: tardó mas de tres años en estar listo para empezar la campaña. Tuvo que recaudar impuestos especiales para sufragarla , organizar el gobierno del reino durante su ausencia delegando en su madre, que ya había sido regente durante su minoría de edad—, negociar con el rey de Inglaterra mantuviese la paz durante su ausencia en Tierra Santa. También negoció con Génova  y Marsella para obtener los barcos necesarios para la travesía a Levante.

Roberto de Artois septima cruzadaRoberto de Artois

Durante la Séptima Cruzada, el hermano del rey Luis IX de Francia, el conde Roberto de Artois, desempeñó un papel destacado en el conflicto. Roberto de Artois, hermano del monarca, fue uno de los principales comandantes y líderes militares en esta empresa.

Roberto de Artois, reconocido por su valentía y habilidades militares, se unió a la Séptima Cruzada como un líder destacado de las fuerzas francesas. Su participación fue significativa en la planificación y ejecución de estrategias militares en apoyo a la cruzada dirigida por Luis IX.

Si bien Roberto de Artois no era un miembro de la Orden del Temple, su liderazgo militar fue crucial para las fuerzas francesas y su participación contribuyó a los esfuerzos generales para recuperar Jerusalén y otros territorios sagrados en Tierra Santa.

Roberto IV de AlemaniaConrado IV de Alemania

Conrado IV asumió el trono del Sacro Imperio Romano Germánico y heredó el legado de su padre, Federico II, quien estuvo involucrado en conflictos y tratos diplomáticos en Tierra Santa. La Séptima Cruzada ocurrió durante su reinado y se convirtió en un tema crucial en la política europea de la época.

A pesar de no liderar personalmente campañas militares, Conrado IV desempeñó un papel crucial en términos de apoyo político y diplomático. Su respaldo a la causa de la cruzada, aunque desde una posición más distante, fue significativo y demostró su compromiso con la empresa.

Líderes musulmanes

al shalib ayyoubAl-Salih Ayyub

Al-Salih Ayyub, también conocido como al-Salih Najm al-Din Ayyub, fue una figura prominente en la historia de Medio Oriente y un líder destacado durante el período de las Cruzadas. Como sultán de Egipto y miembro de la dinastía Ayyubí, desempeñó un papel crucial durante la Séptima Cruzada (1248-1254) y en el escenario político y militar de su tiempo.

Ayyub era nieto de Salah ad-Din, conocido como Saladino, el famoso líder musulmán que previamente había enfrentado a los cruzados y recuperado Jerusalén. A la muerte de su padre, al-Salih Ayyub asumió el poder en Egipto y continuó la dinastía Ayyubí, mostrando habilidad y determinación para gobernar.

Durante la Séptima Cruzada, Ayyub fue un líder central en la defensa de los territorios musulmanes contra el avance de las fuerzas cristianas, especialmente bajo el liderazgo del rey Luis IX de Francia. En la Batalla de Fariskur en 1250, las tropas de Ayyub lograron la captura de Luis IX, lo que representó un punto crítico en la cruzada y un revés significativo para las fuerzas cristianas.

Su muerte

Al-Salih Ayyub, el sultán de Egipto, murió en marzo de 1249, durante la Séptima Cruzada, liderada por el rey Luis IX de Francia. Su fallecimiento no fue en el campo de batalla, sino que ocurrió debido a causas naturales. Ayyub murió por una enfermedad repentina mientras se encontraba en El Mansurah, una ciudad en el Delta del Nilo. Esta lamentable pérdida afectó el curso de la cruzada y tuvo un impacto en la dinámica y el liderazgo de las fuerzas musulmanas en esa región en ese momento.

El Califa Al-Musta’sim

Al-Musta’sim, cuyo nombre completo era Al-Musta’sim Billah Abu-Ahmad Abdullah, fue el último califa abasí y un prominente líder en la historia islámica durante la época de las Cruzadas. Su reinado coincidió con la Séptima Cruzada, un período de conflicto entre las fuerzas cristianas europeas y los estados musulmanes en Oriente Medio.

Al-Musta’sim ascendió al trono como califa abasí en Bagdad en 1242, en medio de un período de declive del poder califal. Aunque su autoridad era principalmente simbólica, su papel como califa le otorgaba cierta autoridad y prestigio entre las comunidades musulmanas.

No participo directamente en las batallas

Durante su reinado, las fuerzas cristianas, lideradas por el rey Luis IX de Francia, emprendieron la Séptima Cruzada, una empresa destinada a recuperar Jerusalén y otros territorios sagrados que estaban bajo dominio musulmán. Aunque Al-Musta’sim no tuvo una participación directa en los enfrentamientos, su posición como califa en Bagdad representaba una autoridad simbólica en el mundo islámico.

La Séptima Cruzada no tuvo un impacto directo en Al-Musta’sim o en su gobierno, ya que la mayor parte de los enfrentamientos ocurrieron en el Levante, lejos de Bagdad. Sin embargo, en 1258, Bagdad cayó ante los mongoles liderados por Hulagu Khan, y Al-Musta’sim fue capturado y ejecutado, lo que marcó el fin del califato abasí.

Principales hitos y batallas

Toma de damieta en la septima cruzadaCaptura de Damieta

Durante la Séptima Cruzada, la conquista de Damieta fue una empresa clave liderada por el rey Luis IX de Francia. Esta victoria inicial representó un avance significativo para las fuerzas cristianas en su intento por recuperar Jerusalén y otros territorios sagrados en Tierra Santa. Aquí se detalla el proceso de la conquista de Damieta:

Damieta, una ciudad portuaria en Egipto, era un objetivo estratégico clave para las fuerzas cruzadas. Su posición geográfica como puerto costero proporcionaba una ubicación estratégica y una base potencial para futuros avances hacia territorios musulmanes.

Al igual que en la quita cruzada el ataque se centraría en primer lugar en la ciudad de Damieta, que ofreció poca resistencia. Los cruzados llegaron a las costas egipcias el 5 de junio de 1249 y conquistaron Damieta al día siguiente, que estaba mal defendida por su guarnición. El primer choque en la playa fue encarnizado y se había decantado en favor de los cruzados por la disciplina de las tropas francesas, que encabezaba el rey, y la valentía de los caballeros de Levante. El jefe del ejército ayubí, el visir Fajr ad-Din, había evacuado la ciudad ante el pánico de la población. La guarnición no incendió los pontones que permitían el acceso a la localidad, tal y como se le ordenó, lo que facilitó a los cruzados la ocupación de la ciudad el 8 de noviembre de 1249. 

Mapa septima cruzada en egipto

Perdida de Damieta

Posteriormente, uno de los desafíos que enfrentaron las fuerzas cristianas fue el cambio de las mareas, lo que afectó el acceso al Nilo y la capacidad de abastecimiento de agua fresca para el ejército cruzado. Estos desafíos logísticos debilitaron su posición. Las enfermedades, como la disentería, se propagaron entre las filas cristianas, debilitando aún más su capacidad para mantener la posición. Además, los desacuerdos tácticos sobre si mantener o abandonar la ciudad condujeron a la decisión de retirarse el 29 de Mayo de 1251

Finalmente, las fuerzas cristianas perdieron el control de Damieta. La retirada de la ciudad representó un revés significativo para la Séptima Cruzada.

Batalla de Fariksur

Batalla de Fariskur y la Captura de Luis IX

Tras la captura de Damieta en 1249, Luis IX y sus fuerzas avanzaron tierra adentro hacia El Cairo, enfrentando desafíos logísticos y enfermedades entre sus filas. Al-Salih Ayyub, el sultán de Egipto, reunió sus tropas en Fariskur en el Delta del Nilo para confrontar a las fuerzas cristianas.

Las fuerzas cristianas, debilitadas por las enfermedades y las dificultades logísticas, se encontraron con las tropas musulmanas en Fariskur el 6 de abril de 1250. Luis IX, junto con sus comandantes y un número considerable de soldados, se preparó para el enfrentamiento.

La Batalla de Fariskur comenzó con una intensa lucha entre las dos fuerzas. A pesar de la valentía y determinación de las fuerzas de Luis IX, fueron superadas por las habilidades militares y tácticas de las tropas de Al-Salih Ayyub. En el curso de la batalla, Luis IX fue capturado, lo que representó un revés crucial para los cruzados.

La captura de Luis IX, así como la de un gran número de sus tropas, debilitó considerablemente el liderazgo y la moral de las fuerzas cristianas. Esta pérdida representó un momento decisivo en la Séptima Cruzada, socavando la capacidad de los cruzados para seguir adelante con su empresa por recuperar Jerusalén.

Tras la captura, se llevaron a cabo negociaciones para asegurar la liberación del rey francés. Se firmaron tratados entre los líderes musulmanes y cristianos para garantizar la liberación de Luis IX y su ejército, aunque no se logró el objetivo principal de recuperar Jerusalén.

Septima cruzada cristianos contra musulmanesTratados y Liberación de Luis IX

La liberación de Luis IX de Francia, después de su captura durante la Séptima Cruzada en la Batalla de Fariskur, se logró a través de una serie de tratados y acuerdos entre los líderes musulmanes y los cristianos. Estos tratados marcaron un punto crucial en la historia de la cruzada y en el destino del rey francés.

Tras la captura de Luis IX, se iniciaron negociaciones para garantizar su liberación y la de una parte considerable de sus fuerzas. Se llevaron a cabo acuerdos que implicaron términos para la liberación del rey francés, como el pago de un rescate y la devolución de prisioneros cristianos.

Los tratados y acuerdos posteriores no solo aseguraron la liberación de Luis IX, sino que también establecieron términos para la paz y la cooperación entre las partes involucradas en la cruzada. Estos acuerdos contribuyeron a la estabilidad temporal en la región y evitaron una escalada continua del conflicto.

El rescate fue de cuatrocientas mil libras tornesas  y Damieta se entregó a unidades egipcias. Luis y el resto de sus tropas abandonaron Egipto, dirigiéndose a Acre.

Si bien la liberación de Luis IX fue un alivio para los cristianos, estos tratados no lograron alcanzar el objetivo principal de la Séptima Cruzada: la recuperación de Jerusalén. Aunque marcaron un momento clave en el conflicto, la cruzada no produjo cambios significativos en el control de los territorios sagrados.

Participación de los Templarios

Durante la Séptima Cruzada, los Caballeros Templarios, una orden militar cristiana renombrada por su papel en las Cruzadas, estuvieron liderados por varios miembros prominentes que desempeñaron funciones clave en el apoyo a la empresa liderada por Luis IX de Francia:

Hermann von Salza

Hermann von Salza fue el Gran Maestre de la Orden del Temple durante la Séptima Cruzada. Además de liderar a los templarios, desempeñó un papel crucial como intermediario y consejero para Luis IX. Su influencia y habilidades diplomáticas fueron fundamentales en el apoyo a la cruzada y en las negociaciones posteriores.

Thomas Bérard

Thomas Bérard fue uno de los comandantes templarios que participó activamente en la Séptima Cruzada. Su liderazgo militar y su contribución estratégica fueron significativas para la orden en su apoyo a las fuerzas cristianas durante esta empresa.

Gualterio de Brienne

Gualterio de Brienne, conocido por su valentía y habilidades militares, fue un comandante templario y participó activamente en varias campañas durante las Cruzadas. Su experiencia y liderazgo lo convirtieron en una figura importante en la Orden del Temple.

Guillaume de Beaujeu

Guillaume de Beaujeu fue el Gran Maestre de los Templarios durante la Séptima Cruzada. Desempeñó un papel crucial en el liderazgo de la orden y en su apoyo a las fuerzas cristianas durante este conflicto.

Geoffrey de Sargines

Geoffrey de Sargines fue otro caballero templario prominente. Su participación en las Cruzadas y su servicio a la Orden del Temple lo convirtieron en una figura respetada y activa en los eventos de la época.

Consecuencias de la cruzada

La Séptima Cruzada, liderada por el valiente rey Luis IX de Francia, culminó de manera inesperada y tuvo profundas repercusiones en la historia europea y del Medio Oriente. A pesar de su determinación y coraje, el resultado de esta cruzada dejó una marca indeleble en el relato de las Cruzadas.

El viaje de Luis IX a Tierra Santa se convirtió en un hito, no solo por su determinación de liberar Jerusalén, sino también por los eventos que ocurrieron después. Después de una serie de desafíos, incluyendo la captura y liberación de Luis tras ser hecho prisionero, la cruzada terminó sin lograr su objetivo principal: recuperar Jerusalén de manos musulmanas.

La conquista y la pérdida de Damieta, las enfermedades y las dificultades logísticas socavaron las posibilidades de éxito de esta campaña. La captura y el posterior rescate de Luis IX supusieron un golpe significativo a los recursos y la moral de la cruzada. A pesar de los esfuerzos incansables de Luis IX por formar alianzas y obtener apoyo, el retorno a Francia marcó el final oficial de la Séptima Cruzada en 1254.

Derrota ante los musulmanes

Este resultado dejó un impacto profundo en Europa y Oriente Medio. En Europa, la noticia de la cruzada y sus desafíos marcó un cambio en la percepción de la viabilidad de las cruzadas. La idea de la victoria divina y los éxitos militares asociados con la cruzada comenzaron a cuestionarse. En cambio, se reveló la complejidad y las dificultades logísticas y financieras de emprender tal empresa.

Por otro lado, en Tierra Santa, la presencia de los cristianos europeos, aunque temporal, dejó una huella cultural y social en las áreas donde estuvieron presentes. A pesar del fracaso de esta cruzada, las relaciones y los intercambios culturales entre Oriente y Occidente se vieron influenciados por este y otros intentos de cruzadas.

Rey de Francia Luis IXEl regreso de Luis IX a Francia no lo disminuyó, sino que lo consolidó como una figura aún más admirada y respetada. A pesar de su fracaso en la Séptima Cruzada, su valentía y determinación lo convirtieron en un modelo a seguir para muchos. Además, su legado dejó un impacto duradero en la concepción de las cruzadas y en la narrativa histórica de la época.

En resumen, la Séptima Cruzada de Luis IX puede haber terminado sin lograr su objetivo, pero su impacto fue significativo en la historia europea y del Medio Oriente. Este episodio ayudó a redefinir la percepción de las cruzadas, marcando un punto de inflexión en la comprensión de la viabilidad y los desafíos de tales empresas, al tiempo que influía en la relación cultural y social entre Oriente y Occidente.

1. La Primera Cruzada templaria (1096-1099)
2. La Segunda Cruzada templaria (1147-1149)
3. La Tercera Cruzada templaria (1189-1192)
4. La Cuarta Cruzada templaria (1202-1204) 
5. La Quinta Cruzada templaria (1217-1221)
6. La Sexta Cruzada templaria (1228-1229)
7. La Séptima Cruzada templaria (1248-1254)
8. La Octava Cruzada templaria (1270)
9. La Novena Cruzada templaria (1271-1272)

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