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Beato de Liébana – Codice de Gerona. Año 975

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  • Publicación de la entrada:11/09/2022
  • Categoría de la entrada:Arte
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Beato de Gerona, de Liébana o San Beato (701?-798) y los comentarios al apocalipsis.

El Beato de gerona. Se cree que fue un célebre monje mozárabe cántabro, del monasterio de San Martín de Turieno, hoy denominado de Santo Toribio, en Cantabria, vivió en el siglo VIII destacando como defensor de los dogmas cristianos, en contraposición de la teoría del Adopcionismo, que consideraba a Jesús como un profeta, y no como el hijo de Dios.

Debido a la gran repercusión que tuvo su obra en los monasterios medievales, se hicieron varias copias del Beato de Gerona, de las que actualmente se conservan unos treinta ejemplares realizados entre los siglos X y XIII. Éstos destacan no sólo por su contenido, sino por el alto valor artístico de sus miniaturas. De gran carga expresiva e intenso colorido, tratan de explicar los hechos apocalípticos revelados por San Juan y las lamentaciones de Jeremías. 

 

Comentarios al Apocalipsis

El Beato de Gerona es conocido sin duda por su libro Comentarios al Apocalipsis de San Juan, este libro debió ser terminado alrededor del año 786, pero no será hasta diez años después, en el 796, cuando se redacte la versión definitiva. Como curiosidad, decir que los Comentarios contienen uno de los más bellos y antiguos mapamundis del mundo cristiano.

Tras esta pequeña introducción he pensado que en lugar de realizar un ejercicio de erudición (hace años dediqué mucho tiempo al estudio histórico, iconográfico y paleográfico de los diferentes ejemplares en edición facsímil que existen)vamos directamente a ver y disfrutar de una selección de las iluminaciones del Beato de Gerona, muy especial por ser el único en el que consta el nombre de los iluminadores y más concretamente el de una monja, EUDE.

Se trata del Facsímil que adquirí en una Feria del Libro Antiguo, considerado iconográficamente el más completo, si bien el más elegante será siempre el Códice-Beato de Fernando y Sancha. Así pues todos los ejemplares reciben el nombre común de BEATOS porque mantuvieron desde la primera copia una continuidad en el corpus y la iconografía que les convierten en un patrimonio cultural y artístico únicos.

 

Beato de Gerona, Siglo X

Estamos en el siglo X, no lo olvidéis a la hora de observar las imágenes que nos desvelarán muchos secretos: arquitectura, vestidos, gestos, costumbres, animales fantásticos, influencias mozárabes y un largo etcétera de detalles de los que espero disfrutéis. Y sería interesante también que imaginéis el trabajo de los Scriptorium de los Monasterios en que fueron realizados y el laborioso y exquisito trabajo en su ejecución; casi todos ellos pertenecientes a monasterios castellanos y riojanos.

 

f. 2r, Maiestas Domini

La miniatura muestra a Cristo, con nimbo crucífero, sentado en un trono, sujetando un pequeño disco de oro, con un punto oscuro en el centro, definido por la cartela que hay encima como “mundus”, que sostiene con los dedos pulgar y corazón de su mano derecha; la izquierda toma un libro dorado cerrado, el codex vitae, que descansa sobre su rodilla. 

 

ff. 3v-4r, Cielo

 En torno a un círculo central, aparece sentado, en un esquemático trono de plata, una figura bastante dañada que, con todo, guarda la apariencia de guerrero de vestiduras purpúreas, absolutamente frontal y mayestático. Sus rasgos, prácticamente perdidos, sólo permiten ver parte del ojo y apenas vislumbrar cabellos largos y barba en el mentón.

 

f. 6v, Retrato de san Juan con el testigo

En la tradición de los beatos, así como en algunos otros manuscritos europeos, es frecuente que san Juan, se siente casi de perfil, con los pies apoyados en un escabel, a la derecha de la composición, mientras que el testigo queda a la izquierda. El apóstol, con una filacteria dorada en la mano, señala a su acompañante.
f. 18v, Conclusión alegórica del ciclo Cristológico: El pájaro y la serpiente.

El tema de la lucha del ave contra la serpiente, de amplia difusión en la Antigüedad mediterránea con anterioridad al cristianismo, dejó a los artistas cristianos la elección de interpretarlo entre la estilización oriental transmitida por Siria y las representaciones más naturalistas del mundo grecorromano antiguo, comprendido el bizantino.

 

f. 19r, Preliminares: alfa, Maiestas Domini y retratos de los autores.

Tres elementos que suelen aparecer separados forman esta miniatura: el retrato de autor, la letra alfa y la Maiestas Domini. Es la primera vez (en un manuscrito conservado) que la letra alfa aparece combinada con la representación de Dios, aunque existen ejemplos de un personaje significativo asociado a una gran letra.

 

f. 34r, Aparición de Cristo en las nubes.

Cristo, en medio, de rodillas, en posición de vuelo, se dirige a las multitudes, representadas por cinco personajes, que simbolizan las tribus de la tierra. El último hombre se toca el rostro con gesto de dolor, significando el duelo de las razas de la tierra, según el texto apocalíptico.

 

f. 52v, Prólogo: en la iglesia: retratos de los apóstoles declarando donde predicaban.

La imagen pintada de Santiago Apóstol aparece por primera vez en este manuscrito del Beato de Gerona, bajo la inscripción “Jacobus Spania”, es el cuarto apóstol empezando por la izquierda. Los Comentarios al Apocalipsis de Beato constituyen el primer texto conocido de gran difusión en que se relaciona a Santiago con la Península Ibérica. Le acompañan en esta miniatura: “Petrus”, “Andreas”, “Tomas”, “Ioannes” y “Matheus”.

 

ff. 54v-55r, mapa del mundo.

La imagen se desarrolla a lo largo de dos folios enteros. La tierra aparece rodeada por una masa de agua sinuosa, azul y con dibujos de trirremes, peces, monstruos marinos, un gran cangrejo y un hombre dentro del cuerpo de un pez, que pudiera aludir a Jonás, e islas de color ocre y forma cuadrada. El orbe presenta forma rectangular con los bordes redondeados. El mapa está orientado con el Este en la parte superior, tal como se sitúan los templos cristianos.

 

f. 63r, Prólogo: en la Sinagoga: mujer sobre la bestia.

La pintura se inspira en la de la gran prostituta de Babilonia, sólo que en este caso no monta sobre un monstruo de siete cabezas y diez cuernos. La imagen de una mujer cabalgando sobre un cuadrúpedo cuenta con antecedentes desde la Antigüedad.

 

f. 70v, Mensaje a la Iglesia de Efesus.

Esta miniatura presenta la escena de la transmisión: san Juan a la izquierda, con un libro en la mano, y el ángel a la derecha, volando y en actitud de diálogo. 

 

f. 76r, Mensaje a la Iglesia de Esmirna.

 Aparece san Juan con el libro y el ángel con una filacteria dorada, dialogando con el santo. A la derecha está el templo, con tres arcos de herradura, bajo uno grande que los abarca. Los tres presentan cortinas que, al estar recogidas, permiten ver un altar dorado.

 

f. 126r, Apertura de los cuatro sellos.

Aquí se ve a los cuatro jinetes: el primero, sobre un caballo blanco moteado con corazones negros, dispara un arco sin flecha; el segundo, en lugar de espada, empuña una lanza. Se identifica al primer jinete con Cristo y al segundo con los enemigos de la Iglesia o el diablo; por eso aparecen en ademán de lucha.

 

f. 134v, El jinete vencedor de la serpiente.

En el lado derecho, aparece un hombre que, con las cintas del turbante flotando, alancea, sobre su montura, las fauces de una gran serpiente contra la que se enfrenta. Similar a la figura ya vista de Herodes a caballo, pero con más elementos claramente islámicos.

 

f. 147v, La metáfora de la palmera.

Ende, la pintora del manuscrito, representa la palmera mediante un árbol esquemático y sumamente decorativo, con una copa de grandes ramas abstractas, coloristas y ornamentales acabadas en frutos. Un hombre desnudo trepa por el tronco con un podón, ayudado por una cuerda que sostiene otro hombre, que permanece en el suelo.

f. 153r, La cuarta trompeta.

 

La ilustración está dividida en dos planos: celeste y terrestre. En el primero, un tercio de las estrellas han perdido su luz, como indican sus puntas de color rojizo. También un tercio del sol y un tercio de la luna aparecen oscurecidos, como consecuencia del sonido de la cuarta trompeta.

 

f. 156v, El ángel del abismo y las langostas infernales.

Abbadón o Apolión, que significa destructor, aunque sin ninguna connotación negativa, es el ángel del abismo y se enfrenta a las langostas, blandiendo una lanza y protegiéndose con un pequeño escudo.

 

f. 161v, Historia del ángel poderoso. San Juan recibe la vara y mide el templo.

Ende, la pintora, ha escogido tres momentos para ilustrar la larga narración: la llegada y el juramento del ángel, la entrega del libro y de la caña y la medición del templo.

 

f. 164r, Los dos testigos.

Elías y Enoc, como indican las inscripciones, son los nombres de los dos testigos. Sobre ellos, dos lámparas y, flanqueándolos, dos árboles esquemáticos con frutos, alusivos a las lámparas y a los olivos de los que habla el relato apocalíptico.

 

f. 165v, Miniatura decorativa: Coreus y el águila cazando la gacela.

El Beato de Girona es el único que incluye la representación de Coreus, un monstruo con partes de distintos animales, que aparece entre cuatro árboles sumamente esquemáticos y decorativos. Tiene cuerpo de león, alas de águila y cola de pavo real. 

 

ff. 171v-172r, La mujer vestida de sol y el dragón.

Se ha hecho uso del sincronismo para presentar, como en el caso de la serpiente, una misma figura que forma parte de varios momentos; se halla la mujer con una forma solar en su cintura y la luna, como un cuarto creciente invertido, a sus pies y, en vez de coronada, rodeada por diez y no doce estrellas; a su izquierda, se lee: «mvlier amicta/sole et lvna/svb pedibvs eivs».

 

f. 189r, El bautismo de Cristo.

Sobre la pila bautismal aparece un niño desnudo, que simboliza a Cristo; sobre su cabeza, el Espíritu Santo en forma de paloma; y san Juan a la izquierda. Ninguno de los dos personajes tiene nimbo.

 

ff. 215v-216r, El fuego de Babilonia y el duelo de los reyes y de los mercaderes.

Encabezada por la inscripción que parafrasea la explanatio, «vbi babilon it est iste mundus/ardet» se ve al ángel volando, señalando con un gesto discursivo la ciudad de Babilonia, representada como un edificio amurallado compuesto por un gran paramento de dos cuerpos, cubierta de doble vertiente y remate de almenas, con grandes contrafuertes flanqueándolo, lleno de fuego.

 

f. 223v, El triunfo del jinete sobre la bestia.

Se ve a dos hombres armados con mazos que golpean a la bestia con apariencia de cuadrúpedo, con un cuerno que sale de su frente que toma un hombre semidesnudo para apresarla. Debajo, otras dos personas se disponen a apalear al seudoprofeta, caído en el suelo y nimbado, una de las cuales lo sujeta de los cabellos en señal de dominio.

 

f. 253v, El banquete de Belshazzar.

Un gran arco de herradura de dovelas bicolores alternas que recuerda el arte califal de la mezquita de Córdoba, como representación esquemática del palacio regio, enmarca la imagen. En la parte superior, aparece Daniel, con nimbo y descalzo.

Y nada mejor para terminar que el OMEGA que cierra el Beato. Alfa y Omega, Principio y Fin.

Paco Pavón 2017

Te recomiendo mi novela «A hostias con la Vida»  un relato conmovedor de amor incondicional, dolor inenarrable, y una búsqueda incansable por la identidad. Ambientada en el Madrid de la movida de los años 80, nos cuenta las vidas entrelazadas de Antonio Leal, un locutor de radio cuya voz encantadora oculta sus luchas internas, Román, un agente secreto cuya aparición en la vida de Antonio desencadena una serie de eventos que transformarán su existencia para siempre, y Kika, una mujer excepcionalmente libre en cuya existencia solo existe un apego indestructible, su hermano Tony.

A hostias con la vida, una historia de amor y muerte en el madrid de los años 80 . Autor Paco Pavón

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Carmen

    Muchas veces me he preguntado del porqué todo es tan masculino. Más adelante creí entender que tod@s somos o tenemos ambos géneros en uno mismo. Quizás lo masculino es al que le gusta meterse en los líos simbólicos y desenredar misterios, y lo femenino se encarga de la parte más dulce del ser. Las peleas entre ellos dan dolor de cabeza…saludos.

    1. FJ. PAVÓN

      Todo es mucho más complejo entre los hombres y las mujeres. En el caso de estos códices de la Edad Media hemos de tener en cuenta el contexto de la época. La mayoría de las personas eran analfabetos y se les adoctrinaba mediante imágenes, entonces la iglesia era el estamento principal y difundía su doctrina a través de sermones e imágenes (esculturas, canecillos en las iglesias, pinturas murales, libros iluminados…). Estos códices se confeccionaban tanto en scriptorium de monasterios masculinos y femeninos; de hecho, alguna de las mejores ilustradoras del ese momento era la Monja ENDE. Y los trabajos de los monasterios femeninos tenían una calidad extraordinaria. Otras mujeres fueron compositoras, místicas, y poseedoras de gran cultura. En realidad la cultura era propia de una élite intelectual muy reducida. El evangelio de San Juan, el Apocalipsis, refleja una concepción del mundo medieval en el que la mujer era considerada como portadora del pecado según los cánones de la tradición apostólica romana. Un cordial saludo y muchísimas gracias por tu comentario.

      1. FJ Pavón

        Todo es mucho más complejo entre los hombres y las mujeres. En el caso de estos códices de la Edad Media hemos de tener en cuenta el contexto de la época. La mayoría de las personas eran analfabetos y se les adoctrinaba mediante imágenes, entonces la iglesia era el estamento principal y difundía su doctrina a través de sermones e imágenes (esculturas, canecillos en las iglesias, pinturas murales, libros iluminados…). Estos códices se confeccionaban tanto en scriptorium de monasterios masculinos y femeninos; de hecho, alguna de las mejores ilustradoras del ese momento era la Monja ENDE. Y los trabajos de los monasterios femeninos tenían una calidad extraordinaria. Otras mujeres fueron compositoras, místicas, y poseedoras de gran cultura. En realidad la cultura era propia de una élite intelectual muy reducida. El evangelio de San Juan, el Apocalipsis, refleja una concepción del mundo medieval en el que la mujer era considerada como portadora del pecado según los cánones de la tradición apostólica romana. Un cordial saludo y muchísimas gracias por tu comentario.

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